¿Quíen es Jacob?
Jacob, en el Antiguo Testamento, es uno de los patriarcas hebreos, hijo de
Isaac y Rebeca, y nieto de Abraham. Tras privar con un engaño a su
hermano Esaú de la bendición de su padre y de sus derechos de
primogenitura, Jacob huyó a la casa de su tío, Labán, para quien trabajó
durante muchos años y cuyas hijas, Lía y Raquel desposó. Sus esposas y
sus esclavas Zilpá y Bilhá, le dieron 12 hijos, que se convertirían en
los patriarcas de las 12 tribus de Israel: Lía dio a luz a Isacar, Judá,
Leví, Rubén, Simeón y Zebulón; Raquel, a José y Benjamín; Zilpá, a Gad y
Aser; y Bilhá, a Dan y Neftalí.
El relato de Jacob se narra en Génesis 25-35. Los acontecimientos más sobresalientes de su existencia fueron la visión de la “escalera de Jacob”, la bendición que recibió en Betel (Gén. 28,10-22) y la concesión del nombre Israel por un adversario divino tras luchar contra él (Gén. 32,24-32). Así como la figura de Esaú está considerada como la representación de la nación de Edom (Gén. 36,8), la de Jacob, o Israel, personifica a la nación de Israel. Así, el profeta Oseas traza un paralelo entre las experiencias de Jacob y las de su pueblo (Os. 12) hacia el 1700 a.C.
El relato de Jacob se narra en Génesis 25-35. Los acontecimientos más sobresalientes de su existencia fueron la visión de la “escalera de Jacob”, la bendición que recibió en Betel (Gén. 28,10-22) y la concesión del nombre Israel por un adversario divino tras luchar contra él (Gén. 32,24-32). Así como la figura de Esaú está considerada como la representación de la nación de Edom (Gén. 36,8), la de Jacob, o Israel, personifica a la nación de Israel. Así, el profeta Oseas traza un paralelo entre las experiencias de Jacob y las de su pueblo (Os. 12) hacia el 1700 a.C.